Un infante,
-de no más de tres años-se encontraba llorando
todo desconsolado.
Una buena paisana
que por allí pasabaal verlo tan solito
y tan desamparado,
-mirando hacia los lados-
por sus papás pregunta
al niño, que entre llantos,
le responde que estaban,
pero no sabe cuando.
Y la buena señora
-a falta de otra opción-le pide, si conoce
cual es su dirección.
Aprendida tenía
cual firme letanía.
“Esta es mi dirección:
kikearrobagarciay luego: puntocom”
No hay comentarios:
Publicar un comentario