viernes, 8 de junio de 2012

DOMICILIO


Un infante,
-de no más de tres años-
se encontraba llorando
todo desconsolado.

Una buena paisana
que por allí pasaba
al verlo tan solito
y tan desamparado,
-mirando hacia los lados-
por sus papás pregunta
al niño, que entre llantos,
le responde que estaban,
pero no sabe cuando.

Y la buena señora
-a falta de otra opción-
le pide, si conoce
cual es su dirección.

Aprendida tenía
cual firme letanía.

“Esta es mi dirección:
kikearrobagarcia
y luego: puntocom”


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