miércoles, 23 de enero de 2013

PRESUNTO


Se dice así, por si acaso
pudiera ser responsable
sin haber sido juzgado.

Y -con dinero- el presunto
podrá ser considerado
de este modo, cual trasunto,
la viva imagen de un santo.

En política, “presunto”
nos sugiere que está “untado”
por encima o por debajo
cuando no por ambos lados.

Honorable es -como cargo-
y en sumo grado fecundo
que da provecho al hermano,
al hijo, esposa y cuñado.

Tal vez estoy desvariando
pues, en portugués “presunto”
se llama al jamón curado.

Mas, parece de recibo
mentar -del cerdo- el producto,
en Portugal el “presunto”
y aquí en España, el “chorizo”.

Iba a escribir una estrofa
sobre el ganado porcino:

“El puerco y su cochiquera”

Mas la mente traicionera
me arde como la estopa
y aunque retener intento
lo cierto es que el pensamiento
viaja así, sin yo quererlo
al senado y al congreso.




 

 

domingo, 13 de enero de 2013

VIERNES


Es viernes.
El “viernes del obrero”.

¿Y por qué digo esto?
es claro, porque en ciernes
estaba – ya hace tiempo,
van para treinta siete,
los años que recuerdo-
dirimía en mi puesto
que... “cuando se pudiese”
sería conveniente,
parar –con fundamento-
el sábado (en invierno).

De esta forma vivía,
trabajando seis días
y... una noche tenía
de fiesta, por semana.
Opté, de buena gana
en plantarle la cara
a aquel que decidía.
 
Comenté a Don Alfredo:
“No es que esto sea nuevo.
Pero aquí... los obreros...
pensamos que el trabajo,
del sábado... es sobrero.

... Que estaríamos dispuestos...
¡cómo reconocerlo!
del sábado, ese tiempo,
pasarlo a entresemana”

Así cada mañana,
alzamos la persiana
-con inmensa alegría-
trabajando con ganas,
esperando a que el viernes
sea fin de semana.
 
Conseguido el recreo
quedaba por llenar
el frasco de deseos.

Alguno pensará
que eran “otros tiempos”
Creo estar en lo cierto,
si digo que la “maña”
superó a la “artimaña”

No lo voy a negar
que conquistas logramos
que hubo que pelear.

Estas no son patrañas.

Cuando toque, -con saña-
las he de enumerar.

Esta vez se trataba
de escribir mi recuerdo
de como rescatamos:
-en invierno y verano-
el “viernes del obrero”.

 

 

 

jueves, 10 de enero de 2013

DESTINO


Al descubrir el naipe de la vida
apareció el destino programado.
Sentí que me miraba descarado
con una mueca en mi desconocida.

Alcé mi mano así, desguarnecida
-con intención, el ánimo alterado-
y convertida en tal puño cerrado
que resarció mi honor la acometida.

Al ojo se ocultó la ansiada muda.
Solo una roja mancha en el anverso
destilada de mi mano desnuda.
 
Giré curioso el naipe del reverso.
Reprobé a mi mente testaruda
al contemplar un puño en sangre inmerso.




 

 

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