martes, 15 de octubre de 2013

PERLAS (falsas)


Hablando de la alegría
pedí, donde encontraría.
“Estará donde tú estés”
dijo un flemático inglés.
Así que me dediqué
al tostado de café.



Hay palabras que no entiendo.
Una de ellas es: tendido,
porque entiendo que entendido
es que en tendido me tiendo.

¿Mas como puedo tender
si estoy tendido tendiendo?

Ahora dicen: “entender”
al saber del propio sexo.

Vamos que ya no comprendo
si de algo soy entendido
o si es que voy “entendiendo”

Si te quieres entender
con alguien que hable en inglés
ten en cuenta que “tender”
se traduce como tierno.

Luego... entender es ¿entierno?



Penar dicen que es vivir
mas si viví una alegría
fue porque pené. Aquel día
lo di todo para ti.

(Sin duda el verso anterior
cambia sin tilde y sin punto
pero no cambia el asunto
pues es un verso de amor.)



102


Hundido por la crisis
sin ver una salida,
con ánimo agotado,
me encuentro
en el tejado.

El suelo
a veinte metros
por debajo,
me invita
a recogerme en su regazo.

Y aquí
dilucidando
si a la puerta del banco
o justo a la salida
de la pastelería,
sin pena,
estampo mi sesera.

¡Vaya! quien lo diría,
que mi duda postrera
enfrentaría
lo más dulce
y amargo de mi vida.

En el bolsillo el móvil,
a punto de agotar la batería,
rabioso suena.

En un acto reflejo,
al contestar,
oculto el desconsuelo.

La teleoperadora
va soltando
de la madeja el hilo
sin descanso:

“Un giga en cuanto a datos
y en voz, podrá contar
con ciento dos minutos
de regalo”

¿Y por qué ciento dos?
-pregunto extrañado-

“Cien son los de la oferta
y dos los que le cuesta
de la pastelería,
llegar hasta su puerta.
Yo le invito al pastel
y usted paga el café.
Después vamos al banco
a firmar el contrato”.

¡Vale!
En eso hemos quedado.




 

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