sábado, 14 de marzo de 2015

Hasta que la muerte nos separe




Parece que fue ayer.
Y sin embargo,
treinta años hace ya
desde el comienzo.

Recuerdo con nostalgia,
nuestros primeros tiempos.

Insomnio, desazón.
Atento al menor gesto.
Cumpliendo tus caprichos.
Riendo con tu risa
o enjugando tu llanto.

Tú fuiste la primera.

Eras centro y razón de aquella vida.

El tiempo ha convertido
lo cercano en distancia.

Nuestra separación
deja un gusto agridulce,
por más que era esperada.

La comunicación,
son sonidos, palabras
en móvil de prepago.

Ya no veo tus ojos.

Tiene que ser así.
Ya lo comprendo.

Ni tú ni yo firmamos
ni un solo documento,
ni un contrato.

Aún así es para siempre,
para toda la vida.
Yo no puedo romper
mi corazón, mi sangre.

Lo sabes, hija mía.






Seguidores