viernes, 7 de diciembre de 2012

COMPAÑERO


Extraño compañero.

Conozco tu apellido
desde que en mi hay recuerdos.

Manteniendo la ley
tu vasallo he sido
sin dejar de ser rey.

Así hemos compartido
los momentos más plenos
como los más austeros.

En mi memoria llevo
que hallándome abatido
has sido mi consuelo.
 
Cual médanos viajeros
cruzamos los desiertos,
bañando nuestros cuerpos
en oasis secretos
repletos de deseo.

Nunca habríamos vivido
placeres tan intensos
de no haber sido atentos
a los requerimientos,
aún estando prohibidos

Tú, mi halcón preferido.
Yo, avispado cetrero.

En el común acuerdo
los lances decidimos.

Jamás dimos motivos
para ser despedidos
de los campos de Eros

Siempre con celo, unidos.
 
En los inviernos fríos,
montañas ascendimos,
diluyendo en los ríos
de los valles dormidos
aquello que erigido,
siendo tu Ser, es mío.

 
 

 

 

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