Surgí de la humedad y la pasión.
De ola y arena.
Y si he de ser sincero,
de mucho amor y un poco de descuido.
Crecí con corazón de marejada.
Empeñe mi juventud por un futuro.
A fuerza de tormenta y de inquietud
he cruzado llanuras y montañas
surcado mares, explorado cavernas.
Tomado reinos,
instaurado repúblicas.
Sojuzgado al gigante
y ensalzado al humilde.
Afirmo en mi descargo,
que nunca usé la fuerza.
Mis armas fueron:
el verbo, la palabra.
En prosa o verso
En voz alta o susurro.
Tal que, en serio o en chanza.
Llegado así el otoño,
puedo, la primavera
recordar definirla.
El invierno
aguardarlo tranquilo,
que la siembra
madurará sus frutos
cuando llegue mi ausencia.
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